La intendenta de San Miguel de Tucumán redefine el manual de la gestión pública al eliminar intermediarios y gobernar en tiempo real. Su constante presencia en redes sociales, especialmente TikTok, no es solo marketing: es la consolidación de un nuevo modelo de liderazgo que valida la administración municipal con la inmediatez de un stream.
La política, en la era de la inmediatez digital, ya no se limita a la planificación estratégica y la ejecución de obras; se trata, fundamentalmente, de cómo se comunica y se valida esa gestión ante los ciudadanos. En este contexto, la intendenta de San Miguel de Tucumán, Rossana Chahla, ha emergido como el caso de estudio definitivo de lo que se denomina Comunicación Política 3.0.
El modelo Chahla prescinde de los tradicionales filtros mediáticos para establecer un diálogo directo, territorial y emocional con su base. Su herramienta principal es TikTok, una plataforma habitualmente ajena a la seriedad institucional, pero que ella utiliza para mostrar el «detrás de escena» de la administración municipal.
La gestión en modo Streaming
La intendenta, apodada por La Nación como la «intendenta tiktoker», entendió que el valor de la gestión se mide ahora por la velocidad y la autenticidad con que se narra. Su estilo de liderazgo se basa en la presencia constante en redes, documentando recorridos, supervisando obras y compartiendo momentos cotidianos.
Este enfoque convierte la administración en una conversación continua y sin pausas. La jefa municipal sintetiza este mantra: «Nosotros salimos al territorio y de eso extraigo el contenido, de la realidad, del día a día. Es la única manera de conocer la realidad de la gente”.
La clave tecnológica de este modelo es la eliminación de intermediarios. No hay discursos pulidos por asesores de prensa ni comunicados de prensa filtrados; hay cámara, territorio y cercanía. La gestión se valida con la inmediatez del video corto y vertical, demostrando que en el nuevo paradigma político, «los clics aparentemente también votan».
El caso de Tucumán, por lo tanto, no es una anécdota de videos virales, sino un ejemplo concreto de cómo la conversación digital en tiempo real está transformando el diálogo entre los gobiernos locales y sus ciudadanos, poniendo a la capital tucumana en el mapa de las nuevas prácticas de gestión pública con un marcado rostro digital.