Chiclayo, la llamada “Capital de la Amistad” en el norte del Perú, vuelve a estar en la mira del mundo por una razón inesperada: su cocina. Esta vez, el protagonista no es solo el cabrito con loche, plato emblemático de la región, sino también el vínculo que este tiene con el actual Papa León XIV. Durante sus años como obispo en esta ciudad, Robert Prevost —hoy líder de la Iglesia católica— no solo conquistó a los fieles con su carácter sereno, también fue conquistado por la sazón local.
El restaurante Trébol, ubicado frente a la catedral de la ‘Ciudad de la Amistad’ donde el sumo pontífice oficiaba misa, fue uno de sus lugares preferidos. Allí, el papa solía almorzar varias veces por semana, optando casi siempre por un estofado de cabrito bañado en loche y acompañado por arroz y frejoles. La experiencia no solo fue recordada por los vecinos de la zona, sino también por un equipo de CNN que llegó hasta el establecimiento para probar el mismo platillo. Al primer bocado, el periodista Stefano Pozzebon lo resumió así: “sabe a cielo”.
El cabrito chiclayano que enamoró al pontífice
Cuando era conocido aún como monseñor Prevost, el ahora Papa León XIV dejó una marca imborrable en Chiclayo. Según los trabajadores del restaurante Trébol, solía acudir dos o tres veces por semana, pedir su cabrito de siempre y comer en silencio, con tranquilidad.
“No dejaba propina, pero sí su bendición”, relató con humor y cariño Carlos López, uno de los mozos que más veces lo atendió.
El plato elegido por el pontífice no era casual. El cabrito con loche es una receta tradicional lambayecana que combina carne de cabra cocida a fuego lento con un zapallo de la zona, llamado loche, además de ajíes, chicha de jora y especias locales. Se sirve con arroz blanco, frejoles y yuca. Para muchos, representa la esencia de la gastronomía del norte peruano.
En la visita de CNN al Trébol, el periodista que probó la receta no ocultó su asombro. Antes de probarla, aseguró que se trataba de un plato digno de un papa. Después de llevar el tenedor a la boca, lo calificó sin dudar: “Sabe a cielo”.
Las cámaras siguen la ruta del Papa en Chiclayo
Desde la Catedral hasta las parroquias periféricas, los periodistas han ido reconstruyendo la vida de León XIV en Chiclayo. Cada rincón tiene una historia que contar: desde la capilla donde celebraba misas dominicales hasta los pasajes donde bendecía viviendas durante las festividades religiosas. Las calles, ahora más bulliciosas de lo habitual, se han transformado en escenarios de reportajes que buscan retratar el vínculo espiritual entre el Papa y esta ciudad.
La periodista Jimena Quintana, enviada también de CNN, detalló en una de sus transmisiones que “la conexión de León XIV con esta tierra va más allá de lo religioso. Hay una familiaridad, una cercanía, que se siente en cada testimonio que recogemos”. En efecto, durante sus años en Lambayeque, Robert Francis Prevost no solo lideró la diócesis; también escuchó las quejas de los vecinos, caminó junto a las comunidades más alejadas y se enfrentó, con voz firme pero pacífica, a los olvidos del Estado.
El despliegue no se limita al ámbito religioso. También hay cámaras documentando la realidad social que rodeó al actual pontífice: asentamientos humanos que lo recibieron en tiempos difíciles, jóvenes que lo recuerdan como guía vocacional y adultos mayores que aún conservan fotografías junto a él. Es un retrato amplio de un hombre que, antes de ser Papa, fue un pastor de a pie.
La ciudad que adoptó al Papa y ahora recibe al mundo
Con la llegada de los medios, Chiclayo se ha transformado momentáneamente. Hoteles llenos, restaurantes atendiendo a nuevos clientes y taxistas relatando con entusiasmo las anécdotas que escucharon sobre “el padre gringo”. Para los habitantes, la presencia de cadenas como The New York Times, ABC News, AFP, AP y Reuters ha sido también una oportunidad para mostrar la riqueza cultural, espiritual y culinaria de una región muchas veces olvidada en el discurso centralista del país.
La Municipalidad Provincial, sin planificarlo con antelación, ha tenido que responder al flujo inusual de visitantes. En coordinación con parroquias y agrupaciones civiles, se vienen organizando rutas turísticas improvisadas que incluyen iglesias, comedores populares donde alguna vez comió el obispo, y hasta el colegio donde dictó clases. El turismo religioso, aunque espontáneo, ha empezado a crecer en cuestión de días.
Algunos corresponsales incluso han optado por quedarse más días en Lambayeque para explorar otras zonas donde vivió Prevost, como Chulucanas en Piura o Trujillo en La Libertad. Pero es en Chiclayo donde se concentran las miradas, no solo porque ahí se afianzó su vocación, sino porque es el lugar que el Papa mencionó como su “querida diócesis” en su primera aparición pública como líder de la Iglesia católica.
Los platos que solía disfrutar Robert Prevost, papa León XIV, en Perú
Además del seco de cabrito, Robert Prevost —actual papa León XIV— disfrutaba con entusiasmo de una variedad de potajes peruanos. Margarita Flores, una religiosa que colaboró durante tres meses con el entonces obispo de Chiclayo, brindó declaraciones a Latina sobre los platos que solía degustar el religioso.
“Arroz con pollo y ají de gallina. (…) La señora que le cocinaba debe estar saltando de alegría. Ella se apellidaba Castillo. No tenía inconvenientes en que le preparara lo que fuera, y lo que le cocinaba lo disfrutaba con gusto”, contó. Es preciso señalar que Prevost también probó ceviche en más de una ocasión.