La planta de Scania en Colombres, Tucumán, ha paralizado su producción una vez más, una medida que afecta directamente a 600 empleados y pone en riesgo una porción significativa de las exportaciones de la provincia. La suspensión, que se extendió por una semana desde el domingo 21 de septiembre, es parte de un plan de 40 jornadas de suspensión acordado con el Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA) para este año. La decisión se atribuye a una fuerte caída en la demanda internacional, un factor que golpea con especial dureza a una fábrica que destina el 100% de su producción al mercado externo.

Causas y consecuencias: La vulnerabilidad de una planta exportadora
La fábrica de Scania en Colombres se especializa en la producción de componentes de alta precisión como cajas de cambio, ejes y elementos de transmisión. Su principal mercado se encuentra en el exterior, con destinos clave como Brasil y la Unión Europea. Esta total dependencia del comercio internacional la deja en una posición de extrema vulnerabilidad ante las fluctuaciones económicas globales. La baja en los pedidos de sus principales clientes ha obligado a la empresa a tomar medidas drásticas para ajustar su operación.
Fuentes gremiales y empresarias confirmaron que con esta suspensión, la compañía ya acumula 35 de las 40 jornadas de paralización previstas para 2024. Aunque la suspensión afecta a la casi totalidad de los operarios, la empresa mantiene un grupo reducido de entre 30 y 40 trabajadores realizando tareas esenciales para preservar la infraestructura de la planta. Esta estrategia, según la empresa, busca «adecuar la actividad al volumen actual de pedidos y preservar la sustentabilidad del negocio a largo plazo».
La situación de Scania en Tucumán no es solo una cuestión empresarial, sino un problema de peso para la economía regional. La planta es una de las principales generadoras de empleo industrial en la provincia y representa alrededor del 15% de las exportaciones tucumanas. La paralización de su actividad tiene un efecto dominó que se extiende a proveedores, contratistas y al comercio local.
Dante Gonella, director de la planta, ha señalado la gravedad de la situación, aunque también ha mencionado que la compañía evalúa las señales de recuperación del mercado interno argentino. Esta leve mejora en la demanda local podría ser un factor clave en la estrategia de la empresa para mantener su operación en el país. Sin embargo, mientras los mercados internacionales no den signos claros de repunte, el escenario para la fábrica y sus 600 empleados seguirá siendo de profunda incertidumbre.
La combinación de una alta dependencia exportadora y la debilidad de la demanda global plantea un desafío complejo para Tucumán: cómo sostener los puestos de trabajo y la actividad industrial frente a un contexto económico internacional volátil y sin señales de mejora a corto plazo.