Durante décadas, el estrés ha sido retratado como uno de los grandes villanos de la vida moderna. Se le responsabiliza del agotamiento laboral, de la ansiedad crónica y de una larga lista de problemas de salud física y mental. Sin embargo, en el corazón de Silicon Valley, donde la presión alcanza niveles extremos, algunos líderes comienzan a defender una idea contraintuitiva: el estrés no siempre es un enemigo; puede ser un aliado.
Y uno de los principales defensores de este particular punto de vista es Evan Spiegel, cofundador y CEO de Snap, la empresa matriz de la app de mensajería Snapchat, valorada en torno a los 13.000 millones de dólares. En recientes entrevistas, Spiegel ha compartido una filosofía personal que ha llamado la atención tanto del mundo tecnológico como del público general: interpretar el estrés más como un «don» que como algo negativo.
Reencuadrar la presión: una cuestión de mentalidad
Spiegel expuso esta idea en el pódcast Grit, donde explicó que la clave no está tanto en eliminar el estrés —algo prácticamente imposible en puestos de alta responsabilidad— como en cambiar la perspectiva con la que lo afrontamos.
Para el CEO de Snap, la forma en la que una persona etiqueta mentalmente una situación de presión determina en gran medida su impacto emocional y psicológico. Y se hace una pregunta:
«¿Debemos considerarlo como algo negativo, o verlo como una oportunidad de aprendizaje?».
En su experiencia, este cambio de enfoque tiene un efecto profundo en la capacidad de gestión emocional. Él afirma que su postura no nace de la ingenuidad, sino de haberse pasado años enfrentándose a decisiones críticas.
Lo cierto es que Spiegel ha liderado Snapchat desde sus inicios, rechazó en 2013 una oferta de compra multimillonaria por parte de Meta y llevó a la compañía a bolsa en 2017. Más recientemente, ha tenido que dirigir procesos de reestructuración interna en un contexto de competencia feroz.
El respaldo de la ciencia
Aunque la idea de ‘agradecer’ el estrés pueda resultar incluso ofensiva para quien lo padece, Spiegel no está solo: algunas nvestigaciones en psicología respaldan esta visión. La psicóloga de la Univ. de Stanford Kelly McGonigal, autora del libro The Upside of Stress, sostiene que reinterpretar el estrés como una respuesta útil del cuerpo ante los desafíos puede mejorar el rendimiento, la adaptación y la salud emocional.
Según estos estudios, no es únicamente el nivel de estrés lo que afecta negativamente, sino la creencia de que el estrés es intrínsecamente dañino. Spiegel no ha hecho más que incorporar esta perspectiva a su vida profesional, considerándola esencial para sostener el ritmo de un puesto directivo a largo plazo.
Liderar sin transmitir la carga
Uno de los aspectos más llamativos del discurso de Spiegel es su concepción del liderazgo. Para él, ser CEO implica actuar como un amortiguador de la presión, no como un transmisor de la misma. En lugar de descargar el estrés sobre su equipo o su entorno familiar, considera que su responsabilidad es absorberlo y gestionarlo de forma privada.
Para lograrlo, el directivo ha desarrollado rutinas concretas: ejercicio físico regular, sesiones de sauna y meditación forman parte de su día a día. Estas prácticas no eliminan el estrés, pero le permiten procesarlo sin que afecte negativamente a sus relaciones personales o profesionales.
Tras más de una década al frente de Snap, Spiegel afirma que la exposición continuada a situaciones exigentes ha normalizado el estrés en su vida. Con el tiempo, deja de percibirse como una amenaza excepcional y pasa a formar parte del paisaje cotidiano:
«Cuando entras en un ritmo constante de eventos estresantes, se vuelven normales».
No todos los líderes lo viven igual
La visión de Spiegel contrasta con la de otros grandes ejecutivos tecnológicos. Jensen Huang, CEO de Nvidia, ha reconocido públicamente vivir en un estado constante de ansiedad, impulsado por el miedo al fracaso, a pesar del éxito histórico de su empresa.
De forma similar, Dustin Moskovitz, cofundador de Facebook y ex CEO de Asana, ha descrito los puestos de máxima responsabilidad como profundamente agotadores, especialmente en un mundo cada vez más impredecible.
Estas diferencias muestran que no existe una única forma de convivir con el estrés, y que la personalidad, la experiencia y el contexto influyen decisivamente en cómo se procesa la presión.
Imagen | Marcos Merino mediante IA
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La noticia
Tratar el estrés como «un don», y no como algo negativo, es la particular perspectiva del CEO de Snapchat
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Genbeta
por
Marcos Merino
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