L.A. Noire es uno de esos juegos que ha envejecido como el buen vino. Casi catorce años después de su lanzamiento original, sigue siendo una experiencia tan absorbente y provocadora como en 2011. Ahora, con una rebaja del 70% en Steam, dejando su precio en apenas 120 pesos, no hay excusa para no sumergirse en una de las obras más ambiciosas que ha explorado el crimen, la moral y la ambigüedad del alma humana en los videojuegos.
La parte más oscura del sueño americano
Ambientado en el corazón palpitante del Los Ángeles de 1947, L.A. Noire es una carta de amor al cine negro de la posguerra y a la llamada Edad de Oro de Hollywood. En su superficie, la ciudad brilla: carteles luminosos, autos cromados, jazz en cada esquina y un aire de optimismo industrial que prometía una nueva era. Pero bajo esa capa de glamour y modernidad, algo se pudre. Es un Los Ángeles donde el éxito se compra, la justicia se negocia y la verdad siempre tiene un precio.
El jugador asume el papel de Cole Phelps, un veterano de guerra convertido en detective del Departamento de Policía de Los Ángeles. Su misión, o más bien su condena, es desentrañar una red de mentiras, incendios, extorsiones y asesinatos que atraviesan los estratos de la ciudad como grietas en el pavimento. A medida que asciende en la jerarquía policial, también desciende en la escala moral, enfrentándose no solo al crimen callejero, sino a la corrupción institucional y a sus propios demonios internos.
Rockstar Games, en colaboración con Team Bondi, construyó en L.A. Noire un mundo abierto distinto a los que solíamos recorrer. Su revolucionaria tecnología de captura facial (una proeza técnica en su momento) permitió algo que pocos títulos habían logrado: hacer de la mirada un arma narrativa. Cada interrogatorio se convierte en un duelo psicológico donde un parpadeo o una sonrisa forzada pueden significar la diferencia entre resolver un caso o incriminar al inocente.
Esa apuesta por la sutileza lo convierte en una experiencia única. Mientras otros juegos de mundo abierto apuestan por el exceso, L.A. Noire se nutre del detalle: la textura de una gabardina empapada, el eco de unos pasos en un callejón vacío, el humo que se disuelve lentamente sobre una taza de café.
El diseño de la ciudad también funciona como un personaje más. Con sus amplias avenidas, sus carteles de neón y sus barrios que oscilan entre la opulencia y la ruina, Los Ángeles se convierte en un laberinto moral donde nadie es completamente inocente.
Volver a L.A. Noire en pleno 2025 es reencontrarse con una forma de narrar que muchos estudios han intentado replicar. Su mezcla de acción, drama y realismo detectivesco sigue siendo una lección de cómo los videojuegos pueden trascender el entretenimiento para convertirse en una reflexión sobre la verdad, culpa y corrupción.
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La noticia
Un día en Rockstar se cansaron de ser los malos y nos obligaron a cumplir la ley en este juego que tiene descuento de locura en Steam
fue publicada originalmente en
3DJuegos LATAM
por
Ayax Bellido
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