El cohete más grande del mundo ha vuelto a surcar los cielos, y lo ha hecho para decir adiós. El undécimo vuelo de prueba de Starship ha sido el broche de oro de una temporada con luces y sombras. SpaceX ha agotado los prototipos de Starship V2 y ha usado por última vez la plataforma de lanzamiento desde la que han despegado los 11 vuelos.
Un último truco para despedir el Super Heavy que conocemos
Una vez más, los 33 motores Raptor del propulsor Super Heavy arrancaron sin problemas para lanzar la Starship al espacio. Por segunda vez, el prototipo sobre la plataforma era el Super Heavy Booster 15, que ya había despegado y aterrizado con éxito en el vuelo 8.
La primera gran novedad del vuelo 11 llegó tras la separación de etapas. El propulsor probó una nueva secuencia de encendido de motores para frenarse al regresar del espacio, la misma que usarán los Super Heavy V3. Primero encendió 12 motores para frenar bruscamente (tenían que ser 13, pero uno tardó en arrancar). Después apagó todos menos cinco para afinar su trayectoria. Antes, el Super Heavy encendía tres motores en lugar de cinco durante esta fase de frenado.
Como explicó Jake Berkowitz, ingeniero de propulsión de SpaceX, durante la emisión del vuelo, usar cinco motores «añade una capa de redundancia adicional para apagados espontáneos de motor». Pero lo que se notó no fue la redundancia, sino la suavidad adicional en la maniobra.
SpaceX no pretendía recuperar el Booster 15 con los brazos de la torre, sino ensayar virtualmente la maniobra sobre el golfo de México. El ensayo fue como la seda, pero la retransmisión de SpaceX desde el punto de vista del cohete no le hizo justicia a la precisión de la maniobra. Afortunadamente, las cámaras de NASASpaceflight capturaron el momento desde la costa.
Con el vídeo de NASASpaceflight asistimos a los últimos segundos en vuelo del Super Heavy V2. Y al último truco que SpaceX se ha sacado de la chistera. El imponente cilindro de acero de 70 metros de altura, equivalente a un edificio de 24 plantas, parece detener el tiempo sobre el océano. El frenado es tan suave y vertical que da la sensación de que se queda inmóvil, flotando por arte de magia a decenas de metros del agua. Después cae a plomo y se autodetona.
El despliegue de satélites con Starship ya pinta mucho mejor
En cuanto a la nave, completó uno de sus vuelos más redondos en mucho tiempo. Tras finalizar su ascenso de ocho minutos, apagó sus seis motores e inició una trayectoria suborbital hacia el océano Índico. Más tarde abrió una ranura en su bahía de carga y desplegó, lentamente, pero esta vez con suavidad, ocho simuladores de satélites Starlink.
La Starship 38 ha demostrado que SpaceX está muy cerca de poder desplegar carga con su megacohete. A partir de la primavera (en tiempos de Elon Musk), Starship empezará a lanzar satélites Starlink de nueva generación, mucho más grandes que los actuales y con capacidad para ofrecer un ancho de banda de gigabit a los clientes.
Otra maniobra crítica que ya tienen controlada es la de desorbitar. Por tercera vez en su historia, Starship reencendió un motor Raptor en el vacío del espacio, lo que en el futuro le permitirá volver del espacio para aterrizar o hacer correcciones orbitales en misiones a la Luna y a Marte.
La fase final de la misión era, quizás, la más arriesgada. SpaceX había retirado a propósito aún más parches de losetas del escudo térmico con el objetivo de aumentar el estrés sobre el vehículo y recopilar datos sobre sus límites de tolerancia al calor extremo de la reentrada. A pesar del maltrato, la nave sobrevivió al infierno rodeada de plasma mientras las cámaras a bordo nos regalaban de nuevo vistas espectaculares.
Justo antes del final, la nave ejecutó otra maniobra novedosa: un «viraje dinámico» para simular la trayectoria que harán las futuras Starship para alinearse con la torre en Starbase. Al igual que el propulsor, la nave intentará ser atrapada por los brazos mecánicos de una de las dos torres de lanzamiento.
Por último, a los 66 minutos de vuelo, la Ship 38 realizó su icónico giro previo al amerizaje, encendió sus motores para un frenado final y cayó al agua de una pieza. Eso sí, varias losetas del escudo térmico se cayeron por el camino.
El fin de una era y una presumible espera para la siguiente Starship
Además de exitoso, el vuelo 11 ha sido un punto de inflexión por varias razones. Primero, cierra el capítulo de los vehículos Block 2, una generación que ha tenido un historial turbulento con los fallos de los vuelos 7, 8 y 9 (además de una gran explosión en tierra), pero que se redimió con los éxitos de los vuelos 10 y 11.
Por otro lado, es la última misión desde la Plataforma 1 en su configuración actual. Esta rampa, que sufrió daños catastróficos en el primer vuelo y fue reconstruida con un masivo deflector de llamas que lanza chorros de agua, será completamente renovada para acoger a los cohetes de tercera generación. Sin embargo, los próximos lanzamientos se realizarán desde la Plataforma 2, que está a punto de entrar en funcionamiento.
Con la V2 jubilada, la atención se centra ahora en la V3, la versión que será la primera en alcanzar la órbita terrestre y comenzará a desplegar los satélites Starlink de nueva generación. A pesar del avanzado estado tanto de los prototipos V3 como de la segunda torre, no se espera que Starship vuelva a volar hasta dentro de unos meses. A esta nueva iteración y sus motores toda les quedan pruebas por completar antes de alzar el vuelo.
La Starship 3 será más potente, más alta (cerca de 124 metros, sumando las dos etapas) y estará mejor rematada. El Super Heavy tendrá el anillo de separación en caliente integrado y un nuevo diseño en las rejillas aerodinámicas, que pasan a ser tres. Estrenará los motores Raptor 3 y líneas de combustible tan grandes que se asemejan a un Falcon 9.
La Starship incluirá los adaptadores que le permitirán transferir combustible en órbita (una maniobra indispensable para las misiones lunares). Aunque nadie confía ya en la misión con alunizaje Artemis 3 de la NASA pueda ocurrir en 2027, el éxito de estos vuelos de prueba es la única forma de acallar el escepticismo y hacer realidad el regreso de Estados Unidos y sus socios a la Luna. Socios entre los que, algún día, habrá astronautas europeos.
Imagen | SpaceX
–
La noticia
Un edificio de 24 plantas flotando en el cielo: SpaceX se ha despedido de Starship v2 con una maniobra inédita
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Matías S. Zavia
.