El largo vuelo será uno de los muchos riesgos que enfrenten los astronautas que viajen a Marte. Los trayectos de seis a nueve meses rozan el límite seguro de radiación que la NASA establece como aceptable: 600 mSv. El problema quedaría olvidado si se pudiera llegar a Marte en solo 90 días. Y se puede con la tecnología actual, según una investigación reciente.
Química convencional, tiempos de récord. El físico Jack Kingdon, investigador de la Universidad de California, ha publicado en la revista Scientific Reports una propuesta que rompe con lo establecido sobre los viajes a Marte. Normalmente, un vuelo al planeta rojo exige entre seis y nueve meses, lo que plantea multitud de desafíos por la exposición a la radiación. Con la trayectoria de Kingdon bastarían 90 días por trayecto.
Lo más sorprendente es que sus cálculos se basan en el método clásico para optimizar trayectorias interplanetarias (el problema de Lambert) y no dependen de motores futuristas, sino de un cohete químico actual: la Starship de SpaceX.
Dos naves tripuladas y cuatro de carga. La propuesta es de una escala monumental. La misión a Marte requeriría seis naves: dos tripuladas y cuatro de carga que viajarían por separado.
Para ponerlas en ruta, harían falta unos 45 lanzamientos de Starship en un plazo de dos a tres semanas, un ritmo que, aunque ambicioso, encaja con los planes de SpaceX de escalar masivamente sus operaciones.
Una gasolinera en el espacio. El verdadero desafío logístico ocurriría en la órbita terrestre baja. Allí, una flota de Starship-cisterna (naves dedicadas exclusivamente a transportar combustible) realizaría una compleja danza de repostajes:
- Las dos Starship tripuladas necesitarían unos 15 repostajes cada una para cargar las 1.500 toneladas de propelente que les permitirán tomar la trayectoria rápida.
- Las cuatro Starship de carga, destinadas a llevar el equipamiento y los suministros, recibirían solo cuatro repostajes cada una y serían enviadas a Marte en una trayectoria más lenta y de menor consumo energético.
El atajo. Una vez llenas de metano y oxígeno líquido, las dos naves tripuladas encenderían sus motores para escapar de la órbita terrestre. Enfilarían una trayectoria tipo Lambert de alta energía que exige un Δv ≈ 4,6 km/s, lo que se traduce en un tiempo de vuelo de 90 días. Justo antes de ser capturadas por la gravedad de Marte, las naves realizarían un encendido clave para frenar, reduciendo su velocidad de entrada de unos 9,7 km/s a unos 6,8 km/s.
La atmósfera marciana se encargaría de disipar el resto de la energía mediante aerocaptura, una maniobra en la que la nave «roza» la atmósfera para frenar sin gastar combustible. Finalmente, un breve encendido de los motores permitiría un aterrizaje propulsivo en la superficie. El estudio demuestra que este esquema es matemáticamente posible para la ventana de lanzamiento de 2035, pero depende de que SpaceX domine dos tecnologías críticas: el repostaje orbital criogénico a gran escala y la aerocaptura hiperbólica.
¿Y la vuelta? Un plan aún más complejo. Si la idea es retornar, la misión se vuelve mucho más audaz. Primero, habría que establecer en Marte una planta de producción de combustible (como reactores Sabatier) para fabricar metano y oxígeno a partir del CO₂ y el hielo del planeta.
El plan de regreso implica que la nave tripulada despegue de la superficie de Marte y entre en órbita. Allí, las naves de carga, que llegaron previamente, despegarían también para actuar como cisternas en la órbita marciana, transfiriendo todo el combustible necesario a la nave tripulada para su viaje de 90 días de vuelta a la Tierra.
No todos comparten el optimismo. El estudio identifica una ventana de regreso viable en 2037. Sin embargo, no todos comparten el optimismo. El propio paper reconoce que su propuesta choca con la visión de agencias como la NASA, que históricamente ha mostrado preferencia por la propulsión nuclear para misiones rápidas a Marte, una tecnología que, según el autor del estudio, aún tiene una baja madurez y grandes obstáculos regulatorios.
Todo esto, claro, siempre que el objetivo sea volver. Recordemos que la idea de Elon Musk es mandar primero robots y después voluntarios para construir una ciudad autosuficiente en el planeta rojo.
Imagen | SpaceX
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La noticia
Un físico estadounidense ha encontrado un atajo para llegar a Marte en 90 días. Es clave para sobrevivir a la radiación
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Matías S. Zavia
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