
Recientemente veíamos un estudio que mostraba que el interés de la gente en buscar trabajos fuera de su país ha caído en picado en los últimos meses. Según se puede observar en las búsquedas de empleo de unos de los mayores portales que existen para ello, entre agosto de 2024 hasta principios de 2025, el interés de los solicitantes de empleo internacionales por trabajos fuera de su país de origen se desplomó, como concluía Indeed.
Recientemente vimos varios estudios que demuestran que en Alemania, esta retórica poco acogedora les está afectando negativamente y muchas personas inmigrantes del país quieren irse, mientras la mano de obra internacional es esencial para sostener la economía.
Pues Japón tiene un problema similar. En la paradoja por atacar a la inmigración en discursos políticos mientras se necesitan inmigrantes (algo que está sucediendo en muchos países del norte global), encontramos que las empresas están activamente buscando trabajadores fuera de sus fronteras, mientras su nueva Primera Ministra tiene un discurso poco amable con la gente de fuera.
Recuerdan desde Finantial Times que, a pesar de los obstáculos idiomáticos, burocráticos (este tema lo hemos analizado ampliamente en Genbeta) y políticos, el número de residentes extranjeros alcanzó casi los 4 millones en junio de este año, un aumento del 5% con respecto a los seis meses anteriores y casi el doble desde 2012.
Qué dice la Primera Ministra sobre la inmigración
Recientemente, Sanae Takaichi ha hecho historia al convertirse en la primera mujer primera ministra de Japón. Sin embargo, como recordaba hace poco el académico Adam Simpson que, entre otros, ha trabajado en la Universidad de Tokio, «esto no representó una victoria para la política feminista ni progresista».
Takaichi es ultraconservadora en cuanto al papel de la mujer y comparte las mismas posturas antiinmigrantes que partidos derecha de todo el mundo, defendiendo la identidad nacional y los valores tradicionales, al tiempo que enfatiza la importancia de un fuerte crecimiento económico, tal y como explica Simpson.
Su discurso contrasta con la realidad del país y con sus necesidades actuales: «las políticas que restringen la inmigración tienden a causar escasez de mano de obra e inflación», explica el académico. La población japonesa ha disminuido durante 16 años consecutivos y el año pasado, la tasa de fertilidad (el número promedio de hijos que una mujer tiene a lo largo de su vida) cayó a un mínimo histórico.
El país lleva tiempo promoviendo iniciativas para mantener a la población activa, convenciendo a la gente mayor de que no se jubile, pagando, por fin, a las mujeres los mismos sueldos que a los hombres o promoviendo jornadas laborales flexibles y ayudas con las guarderías para que las madres puedan trabajar y compatibilizar su vida con un empleo.
Un sentimiento anti inmigración
Como explican medios locales, como First Post, durante su campaña, Takaichi adoptó una postura más firme contra la inmigración que atrajo al electorado conservador japonés.
Esta postura parece haber sido moldeada, al menos en parte, por el auge de otros partidos como el partido ultraconservador Sanseito, cuya plataforma antiinmigrante «Japoneses Primero» ha atraído una amplia atención. Y el mencionado medio alerta que «los partidos de derecha también han logrado avances en el parlamento mientras el país se encuentra sumido en una crisis económica».
Este mismo medio afirma que desde el verano de 2025, el sentimiento anti-extranjeros, alimentado por afirmaciones falsas o exageradas sobre trabajadores migrantes que cometen delitos, residentes extranjeros que vacían las arcas de la asistencia social o turistas internacionales que degradan la cultura japonesa, se ha afianzado en la política japonesa, según explican Gracia Liu-Farrer, Takeshi Miyai y Yu Korekawa en un artículo para Foreign Affairs.
“La sociedad necesita trabajadores extranjeros, pero la situación en Japón es delicada, ya que la inmigración tiene una connotación muy negativa”, afirma Toshihiro Menju, profesor de la Universidad de Estudios Internacionales de Kansai.
Empresas en busca de mano de obra internacional
Los discursos políticos chocan con una realidad: la necesidad de mano de obra y talento internacional. Por ejemplo, ya en 2010, el fundador y director ejecutivo de Rakuten, Hiroshi Mikitani, informó a sus sorprendidos empleados que, a partir de entonces, realizarían todos sus negocios, desde reuniones oficiales hasta correos electrónicos internos, en inglés. También organiza seminarios para ayudar a los trabajadores extranjeros a comprender la cultura laboral japonesa, que puede ser exigente.
Otras empresas, como Fast Retailing, propietaria de la marca Uniqlo, implementan políticas similares en su intento de internacionalizar sus negocios y atraer talento, un factor escaso en Japón. El año pasado, el país perdió cerca de 900.000 personas de su población, que envejece rápidamente.
Según Financial Times, empresas más pequeñas están realizando esfuerzos similares, como una constructora mediana de Okinawa, llamada Okinawa Denshi, que introdujo una aplicación de intercomunicación con inteligencia artificial para ayudar a los supervisores japoneses a comunicarse con los trabajadores extranjeros.
Otras empresas, como Fujitsu, han establecido programas de mentoría para trabajadores extranjeros, así como grupos y clubes de intercambio de idiomas.
Imagen | Foto de Beth Macdonald en Unsplash
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La noticia
A pesar de la hostilidad a los extranjeros de la nueva líder de Japón, las empresas buscan activamente inmigrantes para su plantilla
fue publicada originalmente en
Genbeta
por
Bárbara Bécares
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