No todos los videojuegos tienen la capacidad de trascender su propia industria y alterar la vida cotidiana de quienes los juegan. The Legend of Zelda: Ocarina of Time, lanzado en 1998 para la Nintendo 64, es uno de esos pocos juegos que logró mucho más que entretener: detuvo, literalmente, la producción de una de las series animadas más exitosas de su época, Las Chicas Superpoderosas.
Un juego imposible de ignorar
La anécdota fue compartida por Craig McCracken, creador de la famosa serie de Cartoon Network, en un documental sobre su producción. Según McCracken, la llegada de Ocarina of Time fue tan arrolladora que el estudio responsable de las aventuras de Bombón, Burbuja y Bellota prácticamente se paralizó. Animadores, productores e incluso Genndy Tartakovsky (otro nombre fundamental de la animación, responsable de Samurai Jack y El laboratorio de Dexter) se sumergieron en el universo de Hyrule al punto de suspender sus obligaciones laborales.
“Llegó un punto en el que tuvimos una reunión de producción, porque algunos de los chicos estaban tirados en sus mesas. Genndy y yo nos sentamos con todo el mundo y dije: ‘Muy bien, ¿en qué nivel está todo el mundo en Zelda y quién ha casi terminado?’. Básicamente, el estudio se cerró durante un mes”, relató McCracken.
La historia de Link intentando detener a Ganondorf para salvar a la princesa Zelda y al reino de Hyrule no era nueva en 1998. Sin embargo, la forma en la que Nintendo trasladó su saga a las tres dimensiones marcó un antes y un después en la historia del medio. La exploración en un vasto mundo abierto, el sistema de combate con fijación de objetivos y la profundidad narrativa transformaron la experiencia en algo nunca antes visto.
Por eso no sorprende que hasta un equipo de creativos tan comprometido como el de Las Chicas Superpoderosas haya caído bajo su hechizo. El juego no solo era un pasatiempo: era un fenómeno cultural y un gusto común que los desarrolladores compartían, intercambiando pistas y estrategias para superar retos tan emblemáticos como el infame Templo del Agua.
De la distracción a la inspiración
Aunque el parón de un mes pueda sonar alarmante, la anécdota tiene un giro interesante: el impacto de Ocarina of Time no quedó en la mera distracción, sino que encontró un eco dentro de la propia serie animada. En el segundo episodio de la tercera temporada, se incluyó una referencia directa al juego. El alcalde de Saltadilla aparece intentando jugar lo que claramente es una parodia de Link, un guiño que los fanáticos de ambas franquicias identificaron de inmediato.
Este detalle ilustra un fenómeno más amplio: los videojuegos, lejos de ser un obstáculo creativo, a menudo funcionan como catalizadores de ideas, atmósferas y narrativas. En el caso de McCracken y su equipo, Zelda no solo consumió su tiempo, también terminó filtrándose en su obra.
Hoy, más de 25 años después, Ocarina of Time sigue siendo considerado uno de los mejores juegos de la historia. Su influencia se mide no solo en las mecánicas que instauró, replicadas en cientos de títulos posteriores, sino también en anécdotas como esta, donde un estudio entero prefirió explorar Hyrule antes que entregar capítulos a tiempo.
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La noticia
“El estudio se cerró un mes”: los creadores de Las Chicas Superpoderosas abandonaron su trabajo por jugar Zelda Ocarina of Time
fue publicada originalmente en
3DJuegos LATAM
por
Ayax Bellido
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