Cualquier dispositivo o aparato por el que la electricidad corre es susceptible de calentarse: nuestro propio móvil lo demuestra. Si vemos la temperatura de sus componentes nos percataremos de que algo va mal porque es demasiado alta, justo como sucede cuando tocamos el cargador.
Sin importar que éste sea bueno o una opción barata, en algún momento estará caliente. Y esto no tiene por qué ser una señal de alarma. Sin embargo, puede que en determinado momento sí lo sea y convenga ponerle remedio antes de estropear el propio cargador o lo que es peor: que ocasione un problema al móvil.
Por qué es normal que tu cargador se caliente
Tocas el cargador después de un buen rato y está muy caliente. Es normal, de hecho, es básicamente la física de nuestro mundo. El cargador transforma la corriente alterna del hogar en corriente continua para el smartphone: en ese proceso una parte se pierde en forma de energía calorífica, lo que se conoce como el Efecto Joule.
Además, si a esto sumamos que la carga rápida predomina ya en los móviles, todavía es más natural. A más vatios (representados por la ‘W’), más rápido se carga el móvil pero también más trabajo debe hacer el transformador. Por regla general, un cargador de 60 W se calentará más que uno de 15 W.
Hay una regla de oro que no suele fallar: si tocas el cargador y puedes sujetarlo, todo va bien. Prueba a aguantarlo por unos segundos, en caso de que no lo sueltes porque queme, su temperatura está dentro de los rangos de seguridad. Estará caliente, sí, pero no a un nivel peligroso.
Para reducir su temperatura, no es aconsejable dejarlo sobre alguna superficie téxtil: es recomendable evitar las camas y cojines, y apoyarlo simplemente en un área lisa como una mesa. Así evitaremos una mala disipación y que pueda dañarse después de utilizarlo.
¿Es posible que un cargador se caliente por encima de esos niveles seguros? Por supuesto. En tal caso, nos percataremos por las señales de alarma que emita, y habrá que actuar en consecuencia.
Señales de alarma: cuándo el calor deja de ser normal y qué debes hacer
Como decimos, hay síntomas por los que sí deberías preocuparte. Son las red flags que indican solo una cosa: hay que dejar de usarlo inmediatamente:
- Olor a plástico quemado: es la señal más inequívoca. Si detectas un olor anómalo del cable o cargador, y además está muy caliente, desconéctalo con cuidado cuando puedas. Puede estar indicando que un componente interno se está quemando.
- El cargador está deformado o presenta manchas: si el plástico empieza a hincharse, derretirse o aparecen manchas oscuras es que ha sufrido un sobrecalentamiento: su integridad está comprometida. Será mejor darle reemplazo.
- Ruidos eléctricos: ante la presencia de zumbidos, chasquidos o silbidos, conviene parar el uso. Un cargador en buen estado es silencioso: de lo contrario, los ruidos indican un problema en sus componentes.
- El cable quema: el calor generado durante la carga del móvil debe calentar el cuerpo del cargador. Si notas que el cable o el conector USB-C quema, el problema puede estar en el propio cableado. Esta es la causa principal de los cortocircuitos que dañan los dispositivos.
¿Cómo proceder ante estas situaciones? Lo primero será desconectar el cargador de forma segura, evitando tocar partes muy calientes. Después conviene ir buscando un nuevo cargador, y bajo ningún concepto volver a utilizar el defectuoso. Por último, es importante llevarlo a punto limpio para su correcto reciclado.
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La noticia
Mi cargador del móvil se calienta mucho: cómo anticipar cuándo no es normal y saber que algo no va bien
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por
Pepu Ricca
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