Famaillá busca salvaguardar el empleo en la industria textil ofreciendo alivio fiscal

En una jugada que podría sentar un precedente para la gobernanza local estratégica, el municipio de Famaillá ha anunciado una significativa reducción impositiva para el sector textil, una medida diseñada para combatir la actual desaceleración económica. Este enfoque proactivo busca proteger los empleos y sostener la producción en un panorama nacional desafiante, marcado por la disminución del consumo y el aumento de las importaciones.

La medida busca combatir la pérdida de empleo en el sector textil

El beneficiario inmediato de esta nueva política es Santista, (conocida como Grafa). El acuerdo, aunque aún no formalizado, implicará una reducción de entre el 30% y el 50% en el Tributo Económico Municipal (TEM) durante seis meses, un impuesto que actualmente se aplica a una alícuota del 0,8%. Desde el municipio enfatizaron la urgencia, afirmando que el objetivo es «asegurar que Santista siga funcionando, produciendo y que la gente que está dentro continúe trabajando».

Esta iniciativa surge en un momento en que otros actores importantes de la región enfrentan vientos en contra. Topper ya ha reducido su producción y salarios, Scania suspendió operaciones hasta el 20 de julio, y Papelera Tucumán atraviesa dificultades. La Unión Industrial de Tucumán (UIT) recientemente solicitó al gobierno provincial medidas de alivio similares, incluyendo recortes fiscales, financiamiento subsidiado y regulaciones contra la competencia desleal de las importaciones.


¿Un modelo para la resiliencia local?

Si bien tradicionalmente enfocada en la producción industrial, la acción decisiva de Famaillá para implementar incentivos fiscales dirigidos presenta un interesante caso de estudio para los sectores tecnológico y emprendedor. Destaca cómo un gobierno local ágil puede actuar como un cortafuegos crucial contra presiones económicas más amplias, salvaguardando industrias vitales y el empleo que generan. Este enfoque, que aprovecha la política fiscal para fomentar la estabilidad económica, podría ser un modelo para otros municipios que buscan proteger sus propios centros tecnológicos, startups emergentes o empresas establecidas.

A medida que más municipios consideran estrategias similares, la medida de Famaillá señala una creciente comprensión de que los ajustes fiscales proactivos a nivel local pueden ser herramientas poderosas para la resiliencia económica. La pregunta ahora es si este modelo de gobernanza localizado y receptivo inspirará una innovación similar en otras regiones, particularmente en la creación de entornos donde las empresas tecnológicas y los emprendedores puedan prosperar incluso en tiempos de incertidumbre económica.

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